Pascua Misión 2018 - El Salvador

Del Miércoles Santo al Domingo de Resurrección un grupo de 25 integrantes de diversas Comunidades Remar de El Salvador vivieron junto a 4 acompañantes la experiencia de Pascua Misión. Se formaron tres grupos los cuales se desplazaron a las localidades de Palo Grande (Suchitoto), Talnique (La Libertad) y El Chaparral (Morazán). Allí compartieron la vida y la fe con las personas de cada uno de los lugares, quienes dieron una sencilla pero generosa acogida a los distintos grupos.

Dentro de las actividades realizadas estuvieron las catequesis para niños y jóvenes, visita a familias de la comunidad, organización y acompañamiento de las celebraciones del Triduo Pascual junto a los animadores de cada lugar y la participación activa en las manifestaciones populares de religiosidad durante estos días. El compartir con las diferentes personas ocupó también un espacio importante, ya que, más que hacer cosas, se trataba de vivir junto a estas comunidades la celebración central de nuestra fe.

Regresamos agradecidos con el Señor Jesús, que nos ha mostrado su rostro en las personas sencillas con quienes pudimos compartir. A través del cariño brindado y sus muchos gestos de generosidad nos sentimos interpelados e invitados a ser testigos de vida y resurrección en nuestros propios ambientes.

Hna. María Laura Soto, Equipo Misión El Salvador

A continuación, les compartimos la experiencia de algunos jóvenes que vivieron la Pascua Misión en los tres lugares distintos.

Jennyfer Rodríguez (El Chaparral, Morazán):

"A lo largo de mi vida estuve en muchos lugares, con personas distintas, pero muy pocas veces me sentí profundamente amada y acogida, estas dos palabras son las más cercanas a la experiencia que viví en “El Chaparral”. Hace poco tiempo, escuché a un religioso decir que si queremos tener una vida extraordinaria, debemos rodearnos de personas extraordinarias, nunca sentí tan real una frase.

Yo pensaba que sacrificio, era viajar todos los días cómodamente en un bus con aire acondicionado a las 4 de la mañana para ir a estudiar, El Chaparral me hizo darme cuenta que debo sentirme agradecida con la oportunidad que tengo de estudiar, algo que yo daba por seguro, es algo que ellos deben pensar y valorar, debido a los largos recorridos de camino que deben realizar para terminar el bachillerato, no digamos la Universidad, caminar distancias prolongadas para visitar a sus familias o para asistir a la iglesia, cuando en muchas ocasiones nosotros nos quejamos de tener que ir a algún lugar que está a 15 minutos en carro...

La solidaridad de las personas que conocí es lo que me hace pensar en el versículo de la Biblia que dice que fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, esa humanidad que muchos hemos perdido y que nos hace pensar de forma egoísta, son generosos con los que aman, con las personas cercanas a ellos, familia y amigos, pero el hecho de que fueran gentiles conmigo que era una completa desconocida, me hizo sentir feliz, no hay otra palabra para describir lo que fueron mis días en una casa totalmente diferente a la mía, sentía que estaba en un hogar, no en un simple hospedaje, que nos recibieran con comida, un vaso con agua o fresco, que nos ofrecieran lo mejor que tenían y no lo que les sobraba, a pesar de sus limitantes, es un gesto admirable

Las tradiciones y el respeto a ciertos ritos o celebraciones no es algo que personalmente esté acostumbrada a hacer, pero ver cómo éstas personas manifestaban su fe, me hizo pensar en el tipo de relación que tenían con Dios y que el mismo amor con el que hacían las cosas, era el mismo amor que le expresaban a sus hermanos

Creo que todos los que fuimos a ese lugar teníamos sed de sentir a Dios, de conectarnos con alguien en todos los aspectos, de vivir la humildad en todas sus formas, fuera de nuestra burbuja y comodidad, en cada casa que visitamos, había pobreza material, pero una riqueza de servicio, porque en ningún lugar que paramos me quedé con sed, nos ofrecieron agua, fresco, avena, galletas, nos ofrecieron de lo poco que tenían a un grupo numeroso, no podía dejar de sentir emoción porque estaba rodeada de personas lindísimas que se merecen mucho más de lo que tienen".

Emy Mena (Talnique, La Libertad):

"Estas personas en Talnique, me hicieron recordar la importancia de tener fe, de creer que hay un ser superior que me ama, que debo estar agradecida con cada detalle que se cruce en mi camino y que la solidaridad, el amor, la empatía y la fraternidad pueden marcar una gran diferencia en una comunidad".

Rodrigo Vanegas (Palo Grande, Suchitoto):

"En estos 5 días de pascua misión, sin duda alguna, encontré el amor del cual habla Cristo, ese amor al extremo sin prejuicios ni condiciones, lo encontré en todas las personas de Palo Grande en Suchitoto.

Desde el primer día hasta el último, estas personas no hicieron más que amarnos y agradecernos, sin prejuicios y con sinceridad, a nosotros que éramos 15 desconocidos, que lo único que habíamos hecho, era invadir su espacio para vivir la pascua con ellos, un espacio que había sido golpeado por la guerra, dejándolos sin nada y que gracias al coraje y fe de estas personas, ha salido a flote nuevamente.

Nos recordaron como debía ser la verdadera vida en comunidad y la importancia que tienen la humildad, la sencillez y la modestia en nuestro día a día. Esa misma humildad, es la que salía a flote en sus celebraciones de pascua, que eran sencillas, pero con muchísimo amor, disposición y sobre todo, muchísima fe".