Pascua Remar 2019 - El Salvador
Pascua fue una experiencia que reunió a los jóvenes de travesía amarilla del movimiento REMAR los días jueves 18, viernes 19, sábado 20 y domingo 21 de abril. Estuvieron presentes alrededor de 110 personas, entre los participantes y el equipo que animó y acompañó la experiencia en las instalaciones de El Hermitage y el Colegio Marista San Alfonso (COMSA). En las celebraciones participaron los maristas de Champagnat presentes. Al final de la convivencia, los jóvenes se fueron con el deseo de ser testigos de Jesús resucitado en los lugares donde comparten su vida en el día a día.
A continuación te compartimos las experiencias de dos jóvenes que vivieron la Pascua.
Pascua Remar 2019 fue sin duda una de las mejores experiencias que pude vivir como remera. Yo jamás había vivido una Pascua. No sabía absolutamente nada de ninguna celebración del triduo pascual, y, por eso mismo, decidí vivir Pascua Remar. Cuando tuvimos el lavatorio de los pies el Jueves Santo, Jesús se mostró ante mi como un amigo, como un hermano, lo pude sentir al lavar los pies quienes me rodeaban y, cuando lavaron los míos, de cierto modo, también sentí como una parte de mí se sanaba. Me llené de sentimientos encontrados con cada persona que lavé, sentimientos de servicio seguidos de una fuerte sensación de compañía, me sentí tan cerca de Jesús, y no pude evitar la tristeza ante la necesidad de lavar los pies de las personas con quienes he tenido momentos duros de superar y que no me acompañaban esa noche, y aunque esa noche no pude tener el gesto con esas personas mi corazón se sintió dispuesto a lavar sus pies. En la adoración a la cruz, estando postrada, me ayudó a poder tener el momento más íntimo que he tenido con Jesús hasta ahora. En ese instante, sentimientos de culpa me llenaron y solo ahí pude ver y sentir el verdadero valor de lo que hizo por mí, al acercarme a la cruz y besarla pude sentir su perdón y eso llenó mi corazón de tanta gratitud. Después de eso solo me tocaba esperar y mantener la esperanza, aunque admito que tenía mucho miedo de haber vivido con tanta fuerza la muerte y que eso opacara el hecho que había resucitado, sabía que si era así, yo no podría resucitar tampoco, tenía miedo de solo quedarme en la muerte, no me había dado cuenta que dejaba de lado algo muy importante, la esperanza no excluye el miedo, la esperanza no excluye el dolor, así que con ansias espere el momento de la Vigilia Pascual y estando ahí todo sentimiento de miedo se fue al ver tantas personas encendiendo sus luces, ahí sentí como él comenzaba a resucitar en cada uno de nosotros, como se movía en cada corazón de todas esas personas, y con más euforia y felicidad que nunca, grité su nombre, me sentía renovada y dispuesta a ser amor y servicio para los demás.
Testimonio Paola - Carabela: Verum, Liceo San Luis, Santa Ana
Para mí, Pascua Remar significó un cambio y un tiempo de reflexión en mi vida, ya que, en lo personal, nunca había vivido una experiencia tan profunda. Algo que me gustó bastante fue el lavatorio de pies, para mí tuvo un gran significado; se nos presentaba el servicio a los demás y comprendí que yo no soy más que las otras personas y tengo que agradecer por lo que los demás hacen por mí. Jesús lo presenta como un acto de humildad. Él mismo dice que todos somos hermanos y que, sin importar en la posición que nos encontremos, debemos servir a los otros. Otro momento importante para mí fue la Hora Nona. Ese instante en que estás hincado viendo la cruz porque Jesús a muerto, sentís una culpa en tu corazón, que, a pesar de eso, Él dio su vida por nosotros y aun así lo rechazamos en ciertos momentos y no le agradecemos. De todo este amor entregado al extremo lo que me deja a mí es que debemos de amar hasta no poder más a esas personas cercanas y no tan cercanas, de saber que podés dar la vida por ellos, que debemos sacrificar cosas para ayudar a los demás, y que no cuesta tanto si vamos junto a Dios y amamos verdaderamente. La vigilia fue para mí una de las celebraciones más importantes, porque estábamos a la espera de Jesús. Al vivirla intensamente, llegué a sentir la presencia de Jesús, que nos estaba viendo y se alegraba por nosotros, fue un momento de alegría en el que Jesús había resucitado y que nosotros como jóvenes debemos transmitirlo a los demás, en nuestros apostolados, colegio, familia. Dar testimonio que Jesús está vivo entre nosotros. Al final de la Pascua a todos se nos veía una sonrisa, se podía ver que Jesús estaba con nosotros y que somos sus testigos y daremos testimonio de eso. Personalmente, significó acercarme más a Jesús, verlo como alguien que realmente me ama y que esta para mí, y es un amigo fiel.
Testimonio Valeria - Carabela: Maniere, Colegio Marista San Alfonso, Mejicanos