Campamento Vocacional 2018

Queremos compartirles algunas fotos y testimonios del XXX Campamento Vocacional Marista celebrado en nuestra Casa de retiros de Guatemala del 20 al 25 de octubre de 2018. Participaron nueve jóvenes en discernimiento provenientes de Nicaragua (2), El Salvador (3) y Guatemala (4). El equipo de acompañantes estuvo formado por cuatro hermanos y un laico.

El lema de este año fue: “Encontrarnos con Jesús, apasionarnos con su vida y mensaje, dinamizar nuestro seguimiento”. El H. Gregorio Linacero condujo la profundización en la temática. Otras experiencias también aportaron en la misma línea: visita a la Comunidad y obra marista en Chichicastenango, compartir con jóvenes de la Escuela de Líderes, visita al Monasterio de Hermanas Clarisas, diálogo con parte del Equipo de la Fundación Marista (FUNDAMAR).

El campamento quiere ser una herramienta más en los procesos de búsqueda vocacional, compartiendo con otros jóvenes maristas temas de formación, momentos de oración personal y compartida, deporte y esparcimiento, ocasiones de servicio, tiempos de estudio y lectura, espacios de retiro, ocasiones para el acompañamiento y la Ecuaristía.

Los encomendamos a ellos y a quienes no han podido participar a los brazos de nuestra Buena Madre, primera discípula del Señor.

Mi experiencia en esta semana se resume en decir encuentro, con la vida, con lo hermanos que nos recibieron, con los nuevos Aspirantes, conmigo mismo y el encuentro más importante con Dios. Quiero ser corto y decir que encontrarse es una de las experiencias más grandes que conozco porque al darse un encuentro se descubren cosas nuevas, se ven las cosas desde otros ángulos. Suena bastante poético, en lo concreto hubo un tiempo de formación, fue sobre Jesús y realmente me marcó. Hubo momentos para compartir, divertirse, escuchar y para encontrarse. Creo que me ayudó a aclarar muchas cosas. Me siento feliz, comprometido y animado a continuar mi caminar. Hubo toda una tarde de desierto, que me sonó a todo, perdón, regreso a casa y agradecimiento.

Jorge Mundo, Santa Ana, El Salvador

Este campamento vocacional desarrollado en la ciudad de Guatemala es para mí una oportunidad grandiosa. Durante estos días he podido vivir en espíritu de familia como jóvenes que compartimos y vivimos el carisma marista. Ha sido para mí una gran oportunidad de encuentro con Dios y con los demás, hermanos y jóvenes que llevamos un proceso para descubrir el querer de Dios para nuestra vida.

Es muy grato compartir momentos de oración, comidas, deporte entre otras cosas. En verdad ha sido una gran experiencia que para algunos de nosotros se convertirá en la oportunidad de reflexionar en nuestra propia vida e intuir lo que Dios nos va diciendo en nuestro corazón. A ti joven que te sientes motivado a vivir a plenitud y a seguir el sueño de Champagnat no dejes de escuchar a DIOS y anímate para que juntos hagamos camino tras los pasos de Jesús.

Dennis Ernesto Sánchez Girón, Instituto Católico Técnico Vocacional Jesús Obrero, El Salvador

Mi experiencia en este campamento vocacional fue algo especial, donde se dio el compartir desde lo más sencillo, el ser más que amigo hermano para los demás. Agradezco a cada uno de los jóvenes compañeros de camino, que me han ayudado a profundizar y conocer a un Jesús más humano, más sencillo, más cercano hacia los marginados, los pobres, los enfermos.   
De todo lo me ha dejado el campamento, me hacen eco varias preguntas: qué es lo que puedo hacer para que dar a conocer a Jesús desde este entorno, desde sus enseñanzas, desde mi persona; cómo vivir de manera atenta a las necesidades que se ven en el diario vivir… Desde la humildad que nos enseña este mismo Jesús que nos acerca a los más necesitados, desde lo más profundo de nuestro ser, que lo hagamos con amor y sin hacer ruido tal y como lo hizo el mismo Jesús.

Gerson Pooc, Petén, Guatemala

La mayor parte del tiempo buscar tu camino en la vida es una experiencia que algunos calificarían de solitaria. Muchos también buscan respuestas, eso es lo que solemos decirnos, más que todo para tranquilizarnos a nosotros mismos. 

El campamento vocacional es realmente una experiencia especial, es esa confirmación de qué no estás solo, muchos jóvenes como tú también están buscando algo más, algo más grande y al mismo tiempo más real que las ilusiones que esta vida nos suele prometer. Es una oportunidad de vibrar en la misma frecuencia que otros jóvenes y compartir el carisma marista que se muestra de tan distintas maneras. Es compartir tu vida y recibir también un poco de la de los demás. Es darte cuenta que somos una familia y de que en el compartir también hay sabiduría. Fue realmente interesante ver a tantas personas distintas y ver cómo viven ellos su espiritualidad y su vocación, ver cómo con sus similitudes y diferencias, además de sus diferentes edades y entornos, todas esas personas buscaban y vivían su camino, y lo más importante, eran felices.

Julio Sandoval, ex alumno del Liceo Guatemala