5 cosas que debes saber sobre Monseñor Óscar A. Romero

El martes 6 de marzo de 2018 será una fecha que quedará en el corazón de todos los fieles, principalmente los salvadoreños, ya que fue el día en que el Papa Francisco firmó el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, para proclamarlo el primer santo de El Salvador.

Monseñor nació el 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, un municipio perteneciente al departamento de San Miguel, en el oriente de El Salvador. Se ordenó sacerdote en Roma, Italia, en 1942. Y al año siguiente, de regreso en su tierra natal, recibió el nombramiento como párroco de Anamorós, en La Unión, y luego como párroco de Santo Domingo, en la Diócesis de San Miguel.

En 1974 fue nombrado Obispo de Santiago de María. Desde ese encargo pastoral emprendió una intensa labor en favor de los campesinos más pobres de la Diócesis. Y fue ahí, en contacto con los más necesitados, cuando vivió el primer episodio dramático relacionado a lo que, más tarde, se convertiría en la guerra civil más representativa de América Latina, producto de la polarización política mundial que existía en ese momento: varios campesinos que regresaban de una celebración religiosa fueron asesinados por la Guardia Nacional, suceso conocido como “Las Tres Calles”.

En medio de un naciente conflicto armado, Monseñor fue designado como Arzobispo de San Salvador en febrero de 1977, cargo que desempeñó hasta su muerte.

Aquí te compartimos cinco cosas que debes saber sobre la vida de Monseñor Óscar Romero:

1. El asesinato el 12 de marzo de 1977 de su amigo, el padre Rutilio Grande, fue un punto de inflexión en la vida de Romero. A partir de ese momento, se convierte en un implacable defensor de los Derechos Humanos.

2. Durante sus diferentes homilías, Monseñor denunciaba los atentados contra los Derechos Humanos. Incluso, acudió a Roma donde recibió el apoyo del Papa Pablo VI y fue respaldado en su defensa por los más débiles de El Salvador. Posteriormente, el Papa San Juan Pablo II, respaldó su posición y le animó a continuar por la senda de la justicia y la paz del pueblo salvadoreño.

3. Fue asesinado por odio a la fe el 24 de marzo de 1980. Aproximadamente a las 6:25 p.m., mientras oficiaba la Eucaristía en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, exactamente durante la Consagración del Cuerpo de Cristo, un francotirador le disparó al corazón.

4. El 23 de marzo de 1980, un día antes de su muerte, Romero hizo desde la catedral un enérgico llamamiento al ejército salvadoreño, en su homilía titulada “La Iglesia, un servicio de liberación personal, comunitaria, trascendente”:

Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército y, en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la Policía, de los cuarteles. Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y, ante una orden de matar que dé un hombre, debe de prevalecer la Ley de Dios que dice: ¡NO MATAR! Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios… Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla… Ya es tiempo de que recuperen su conciencia y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado… La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el Gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre… En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡Cese la represión!

5. Un mes antes de su asesinato, Romero escribió al entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, instando a EE.UU. a que no apoyará al gobierno e interrumpiera su suministro de armas y asesores militares.

*¿Conoces algún otro hecho de la vida de Monseñor Romero? Cuéntanos escribiéndonos en nuestras redes sociales o al correo: to2hermanos@maristasac.org.