Nicaragua: la Purísima Inmaculada Concepción de María

La solemnidad de la Purísima Inmaculada Concepción es conmemorada cada 8 de diciembre. Cuenta la tradición que, en el año 1562, un hombre llamado don Lorenzo de Cepeda, que viajaba a Perú, tuvo que hacer escala en el Puerto de la Posesión, hoy llamado El Realejo. Entre las cosas que el viajero cargaba consigo, estaba la imagen de la Virgen de la Concepción.

De El Realejo, don Lorenzo, quien buscaba un mejor clima, se vio forzado a trasladarse a la ciudad cercana de El Viejo, en el departamento de Chinandega. Una vez en el pueblo, como era muy devoto de la Virgen, se la llevó con él y decidió depositarla en la parroquia local, por seguridad.

Los habitantes de aquel poblado, entre ellos indios y mestizos, fueron atraídos por la belleza de aquella imagen a la que llegaban a admirar a la iglesia. Pronto, la figura de María adquirió prestigio de milagrosa, pero era momento que don Lorenzo partiera a Perú, y a pesar de los ruegos del pueblo, empacó a la Virgen y se fue, nuevamente, a El Realejo.

Cuando el barco se hizo a la mar, una fuerte tormenta obligó al velero a regresar al puerto nicaragüense. Frustrado por el fallido viaje, don Lorenzo regresó a El Viejo, cargando la sagrada estatua de la Virgen de la Concepción. El pueblo entero se volcó fervoroso a venerar a la Virgen y todos interpretaron que la Virgen no quería irse. Todos los habitantes ejercieron una gran presión en don Lorenzo, quien, como fervoroso hijo de María, cedió “a los deseos de la Virgen” y donó la imagen a El Viejo y partió hacia su destino original, Perú.