Moisés Cisneros, ejemplo de entrega y dedicación

 “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto” (Jn. 12, 24).

Un 29 de abril de 1991, en la Escuela Marista de la zona 6 en Guatemala, fue asesinado el Hno. Moisés Cisneros. Nos dejó el recuerdo de entrega y dedicación a los más sencillos de los lugares en donde vivió su vocación. Recordamos su atenta preocupación por los jóvenes hermanos de su comunidad, su amor y servicio con la niñez y juventud de Centroamérica, y su fidelidad como rostro Dios hasta la muerte.

Nació el 12 de agosto de 1945 en Quintana de Raneros, provincia de León, España, en el seno de una familia que supo inculcar en todos sus hijos un profundo sentido de la vida y de la fe católica, herencia ya de tradición y de vivencia familiar. Inició su apostolado en El Salvador en la Escuela San Alfonso. Desde el Liceo Salvadoreño realizó una hermosa proyección en la comunidad de Atehuán. Fue fundador de la comunidad de Chichicastenango. Siendo director de la Escuela Marista de Guatemala, en la zona 6, fue asesinado en su oficina.

 

El Hno. Moisés nos deja un ejemplo de entrega a los más sencillos. Su trabajo en Ateos, Chichicastenango y la zona 6, nos muestra que el grano de trigo, si muere, da mucho fruto, aún y cuando su voz fue apagada por siempre… Heredamos sus obras y la responsabilidad de llegar hasta los niños y jóvenes más necesitados.

Peregrino de la Pascua

“MOISÉS, no te venció la muerte,
Hermano por siempre en la Pascua,

en misión y en marcha.
Permaneces en las manos, en los pies y la palabra,
de indígenas, niños y jóvenes de estos pueblos que te aman…
Pascua eres, en tu sangre derramada.
Tu vida se hizo ofrenda entrañable, en martirio de esperanza,
para este pueblo que marcha peregrino de la Pascua”.

(cf. Canto de meditación - H. Santiago Otero, 5 de mayo de 1991)

 Fuente: FMS Champagnat