Jesús, ese encuentro que te puede cambiar la vida...
La experiencia de encontrarse con Jesús ha sido el punto de inicio de una nueva vida para muchas personas a lo largo de la historia. Grandes santos como Teresa de Jesús, Francisco de Asís, Marcelino Champagnat, entre otros, supieron hacer de ese encuentro un punto de inflexión en sus vidas que los transformaría. Al igual que se convertirían en motor de cambio para otros y su entorno.
Encontrarse con Jesús es la más maravillosa de las aventuras. Él, de repente se hace el encontradizo, aparece y se pone en medio de tu vida, llena de sentido tu caminar incierto, te llena de ilusión y ya nada es igual.
Él es una persona concreta, es el proyecto de Dios para cada uno. Porque el sueño de Dios es que todos seamos Jesús.
Cuando te preguntas “¿Qué quiere Dios de mí?”, no tienes más que mirar a Jesús. Eso es lo que Dios quiere de ti:
- que ames como Él amó, sobre todo a los más pobres;
- que pases por la vida haciendo el bien, curando, perdonando, escuchando al Padre y haciendo lo que a Él le agrada;
- que pongas a Dios en el centro de tu vida, para descansar en Él, principalmente, cuando el camino sea difícil;
- que seas profeta de la esperanza;
- que des vida a quien no la tiene;
- que seas instrumento de paz y de fraternidad;
- que te sientas hijo de un Padre que es toda bondad y misericordia, y te comprometas a revelar su rostro a todos los que encuentres en tu camino.
El mejor amigo que podrás tener
Tenerle como amigo es la experiencia más bonita. Él te ayuda a vivir tu juventud en modo pleno, aprovechando cada momento, porque es el tiempo de las ilusiones y los proyectos, del entusiasmo y el riesgo.
Él está siempre a tu lado y su verdad te hace libre. No te propone metas fáciles, más bien quiere que pongas toda tu buena voluntad y que confíes totalmente en Dios para todo.
Dice el Señor: “Tienes ante ti la vida y la muerte, elige la vida” (Dt. 30:19). Dios quiere que seas actor principal de tu vida, no solo espectador. Quiere que seas actor y protagonista junto con Él.
Si caminas con Él, tu vida será plena. No necesitarás llenarla de cosas, de ruido, de actividades... Si caminas con Él, todo tendrá un sentido nuevo.
Si quieres saber cómo hay que amar, mira a Jesús.
Si quieres saber cómo hay que rezar, mira a Jesús.
Si quieres saber cómo hay que vivir, mira a Jesús.
Cuando empieces a conocer a Jesús, enseguida se convertirá en alguien importante, especial, que te atraerá mucho. Poco a poco irá creciendo en ti y tus opciones, y se convertirá en amigo. Un fiel y gran amigo.
Jesús, sendero de vida
También Jesús será un Maestro indiscutible, el que te enseña el sendero de la vida, te dice como es Dios y te enseña a quererle y a hablar con Él.
Hoy Jesús es alguien que se quiere comprometer contigo y quiere compartir la vida contigo. Tenerlo todo en común. Quiere hacer una alianza, un pacto, contigo, por eso te elige. Tú eres especial y quiere que sigas sus pasos.
Hoy queremos decirte...
Que vale la pena la aventura de la fe.
Que vale la pena seguir a Jesucristo.
Que vale la pena colaborar con Él para hacer que este mundo sea mejor.
Que vale la pena dejarle entrar en nuestra vida, porque cuando esto ocurre, ya nada es igual.
Acepta el reto. ¡Vale la pena!
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Vivir, hablar, sentir, mirar, pensar... como Jesús. ¿Cómo será esto? Te proponemos un ejercicio de encuentro con la persona de Jesús. Comparte desde las redes sociales aquello que has podido descubrir.
OJOS: ¿Qué y a quiénes mira Jesús? ¿Cómo mira? ¿Qué se puede ver en su mirada? (Sal. 139:3, Jn. 3:16, Lc. 4:20, Mc. 3:5, Mc. 3:34, Mc. 10:21)
OÍDOS: ¿Qué y a quiénes escucha Jesús? ¿A quiénes presta atención? ¿Reserva tiempo para escuchar a su Padre? (1 Jn. 5:15, Jr. 33:3, Jr. 29:12, Ap. 3:20)
MANOS: ¿A quiénes toca Jesús? ¿A quiénes brinda sus manos y ayuda? ¿Qué gestos importantes hace con sus manos hacia la gente? (Ex. 7:5, Mt. 8:3, Mt. 14:31, Hch. 11:21)
PENSAR: ¿Qué y en quiénes piensa Jesús? ¿A qué le dedica su mayor atención? ¿Qué le preocupa? (Is. 55:8, Is. 55:9, Sal. 92:5, Sal. 94:11)
BOCA: ¿Qué dice Jesús? ¿A quiénes les habla y cómo lo hace? ¿Qué palabras de Jesús recuerdas que sean importantes para ti? (Sal. 33:6, Lc. 6:45, Pr. 18:21, Mt.12:36)
CORAZÓN: ¿A quiénes ama Jesús? ¿Qué es el amor para él? (Pr. 4:23, 1 Pe. 3:3–4, Jr. 29:13, Mt. 22:37, Sal. 119:10)
PIES: ¿Qué caminos recorre Jesús? ¿Quiénes le acompañan? ¿Qué pide a los que le siguen en su camino? (Sal. 110:1, Ec. 5:1, Jn. 13:10, Jn. 13:14)