Dialogamos con el Provincial de los Maristas de América Central, el H. Luis Carlos Gutiérrez, quien nos explicó cinco cosas a las que estamos llamados todos los jóvenes. A continuación te compartimos sus palabras:

1. Ser fieles a Jesús.

“Todos estamos llamados, en cualquier época que nos toque vivir, a ser fieles a Jesús, a su Evangelio y al Reino. Los jóvenes tienen el gran reto de tomar la responsabilidad del futuro y ser testigos de esta fidelidad desde ahora cuando toman decisiones sobre su vida, su vocación, su servicio en la sociedad y el mundo”.

2. Ser creativos.

“Recibir este mensaje de acoger este reto de fidelidad a Jesús y su Evangelio, pero convertirlo creativamente en nuevas respuestas. Yo creo que los jóvenes deben ser creativos y deben ser innovadores. No es recibir una herencia, “como la de Champagnat” que se quede intacta sino agregarle sino otorgarle relevancia con nuevos valores, significados, formas de expresarse y con nuevas posibilidades de hacerlo realidad en el mundo actual”.

3. Transmitir la alegría del Evangelio.

“Deben hacer vida lo que el Papa Francisco nos ha pedido a todos: que transmitamos la alegría del Evangelio, de la buena noticia; que seamos capaces de llevarla a los que más la necesitan y a los que están en las periferias y que seamos capaces de ayudar a quienes se encuentren en peores situaciones. Y todo esto vivido desde la doble dimensión juvenil: alegría y radicalidad por el Evangelio”.

4. Tener una actitud mariana en el diario vivir.

“Y como maristas que somos, María nos seguirá inspirando. Fijarse mucho en María como modelo del día a día, del seguimiento, para entender todo lo que tenemos y lo que debemos hacer”.

5. Dar continuidad al espíritu de Champagnat.

“Creo que la juventud marista tiene el gran reto de recibir, recoger y transmitir, renovado, el espíritu de Champagnat: el servicio a la Iglesia, a los más necesitados y los ideales de transmitir a Jesús al estilo de María”.

Como jóvenes maristas, estamos convocados por Jesús y su Evangelio. Tenemos la tarea de llevar con alegría la Buena Nueva, servir a los demás, principalmente a los más necesitados, e inspirarnos en la Virgen María como modelo de nuestra vida.

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